domingo, junio 25, 2006

Velas monotono


Notre dame de Montreal (Canadá)

"Al llegar al atrio de la iglesia, viéronse confirmadas las previsiones de Ardoain: el sacristán no estaba allí. Precipitadamente, en su afán de hacerse útil, disparose Ardoain a traer al rapavelas, como él decía, y Pedro y Borromeo, sentados en el pretil del atrio, esperaron a que la puerta de la iglesia se franquease. Llegó el sacristán en volandas, era un mozalbete flaco, consumido, que abrió con familiaridad y con el mismo indiferente desparpajo echó un fósforo y encendió las dos velas del altar y una palmatoria, elevándola para que los visitantes pudiesen contemplar a gusto la veneranda efigie."

El Niño de Guzmán - Emilia Pardo Bazán