martes, agosto 30, 2005

Cúpula del monasterio de Fitero



"Tanto él como la enferma conocían harto bien la inutilidad de semejantes paliativos, pero el uno por no dejar medio alguno de que echar mano, y la otra por no afligir a personas tan queridas, se conformaban con ellos. De esta suerte, reducidos los dos amantes al lenguaje de los ojos, las almas que parecían salirse por ellos, volaban una al encuentro de otra como si quisieran confundirse en el mismo rayo de luz que para comunicarse les servía."

El Señor de Bembibre - Enrique Gil y Carrasco

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nice sunrays coming trough the roof.