martes, marzo 27, 2007

Patinando


Rockefeller center (Nueva York - EEUU)

"No, mi alma estaba llena de Nicolás; mis pensamientos giraban únicamente a su alrededor, acordándome de los días alegres que habíamos pasado juntos retozando y jugando por los bosques, los campos y el río durante los largos días veraniegos, y patinando o esquiando durante el invierno, cuando nuestros padres nos creían en la escuela. Y ahora él salía de mi joven vida, y los veranos y los inviernos llegarían y pasarían, y nosotros seguiríamos vagabundeando y jugando como antes, pero su lugar permanecería vacío; ya no lo veríamos nunca más."

El forastero misterioso - Mark Twain

jueves, marzo 22, 2007

Procesión


Nueva York

"El ruido discordante de las voces e instrumentos se acercaba. Unos cantos monótonos se mezclaban con el toque de tambores y timbales. Pronto apareció bajo los árboles la cabeza de la procesión, a unos cincuenta pasos del puesto ocupado por mister Fogg y sus compañeros. Distinguían con facilidad al través de las ramas el curioso personal de aquella ceremonia religiosa."

La Vuelta al Mundo en 80 días - Julio Verne

martes, marzo 06, 2007

Rascacielos

Nueva York desde el Empire State

"-C'est magnifique! -exclamó la condesa De Coude a media voz.
-¿Eh? -el conde volvió la cabeza hacia su joven esposa y le preguntó-: ¿Qué es lo que te parece tan magnífico?
Los ojos del hombre recorrieron los alrededores en varias direcciones, a la búsqueda del objeto que había despertado la admiración de su mujer.
-Ah, no es nada, querido -respondió la condesa. Un tenue rubor intensificó fugazmente el tono rosado de sus mejillas-. No hacía más que recordar maravillada aquellos estupendos edificios de Nueva York a los que llaman rascacielos."

El regreso de Tarzán - Edgar Rice Burroughs

viernes, marzo 02, 2007

La gran manzana


Nueva York desde el Empire State

"Inmediatamente me fui a la calle a comprar la manzana, aunque me costara un dinar de oro. Y recorrí todas las fruterías, pero en ninguna había manzanas. Y regresé a casa muy triste, sin atreverme a ver a mi mujer y pasé toda la noche pensando en la manera de lograr una manzana. Al amanecer salí de nuevo de mi casa y recorrí todos los huertos, uno por uno, y árbol por árbol, sin hallar nada. Y he aquí que en el camino me encontré con un jardinero, hombre de edad, al que le consulté sobre lo de las manzanas. Y me dijo: "¡Oh hijo mío! Es una cosa difícil de encontrar, porque ahora no las hay en ninguna parte como no sea en Bassra, en el huerto del Comendador de los Creyentes. Y aun allí no te será fácil conseguirlas, pues el jardinero las reserva cuidadosamente para uso del califa."

Las mil y una noches - Anónimo